Hoy hemos tenido en 21 de Marzo una visita muy especial: Sant Jordi.
Ha dejado en la puerta el caballo (los vecinos del barrio nos han mirado extrañados…) y, sin pensárselo dos veces, ha cambiado la cota de malla por una chaquetilla y, la espada, por un cazo.
Con cara de curiosidad y divertidos mirábamos a este príncipe medio verdad medio leyenda cargado de pétalos de rosa que se ha ido directo a la cocina…¿a qué hacer? Os preguntaréis… Nosotros también.
Espiándole a través de la puerta de cristal, hemos conseguido adivinar sus intenciones…¡estaba haciendo una Mermelada de pétalos de rosa!
Ver un caballero antiguo en una cocina moderna, era todo un espectáculo, así que no le hemos perdido la pista en todo el rato y (por supuesto) nos hemos quedado con la receta.
Ha utilizado: 1/2 litros de agua, 200 gr azúcar, 50 gr de pétalos de rosa (de los comestibles) y 5 láminas de gelatina.
Primero, ha puesto el agua y el azúcar en el cazo y lo ha reducido un 1/4 durante unos 10 minutos. Luego, haciendo gala de su arte, lo ha retirado del fuego y ha ido tirando los pétalos de rosa en el interior, uno a uno, con delicadeza. Tapado, lo ha dejo reposar durante 10 minutos.
Mientras (no había tiempo que perder) ha puesto las láminas de gelatina en agua fría (para hidratarlas) y las ha añadido a la infusión. Después ha triturado la mezcla levemente con el Turmix (qué moderno este Sant Jordi, cualquiera diría que viene de un tiempo muy muy lejano) y ha vertido la mezcla dentro de un tarro de cristal. Lo ha puesto la nevera. Ilusionado, ha levantado la vista y nos ha prometido que en 24 horas, ya podríamos disfrutar la Mermelada de pétalos de rosa.
Luego, rápidamente y sin demora alguna, se ha puesto de nuevo sus ropas de caballero y ha salido corriendo. Eso sí, justo antes de irse, nos ha dicho con con media sonrisa, que disculpáramos su prisa, pero tenía una princesa que rescatar.
Galopa sin miedo y tranquilo Sant Jordi, pero no tardes un año en volver…que esta Mermelada tan buena ¡no nos va a durar mucho!
