Después de un viaje de 314km, todo el equipo y 4 camiones, llegamos a nuestro destino. Hacía tiempo que lo marcábamos en el mapa, pues, al ser una boda tan lejos de «casa», tuvo un proceso de creación un poco distinto.

¡Carcassone nos esperaba con los brazos abiertos! Una población de casi 50.000 habitantes, en la cima de una colina del área de Languedoc en el sur de Francia.

Ella escritora y él realizador e ilustrador. No podía existir boda con más esencia artística y armonía creativa.

La celebración tuvo lugar el 29 de junio del pasado 2019 en el Château de Paulignan (Francia), un espacio idílico y remoto. El lugar perfecto a 1h de la montaña y a 40km del mar.

Jordi Labanda, ilustrador y amigo de la pareja, ofició la celebración civil. La propia Leticia afirma que «Jordi dio el discurso más precioso, más entregado y honesto que podría haber escrito».

La pereja optó por hacer una pre-boda antes del gran día. Buscaban algo sencillo pero de mucha calidad. Por eso, podía faltar algo fresco, pues el día más caluroso del año fue el 29 de junio de 2019.

Disfrutaron de una comida para compartir entre todos los amigos y familia. Empezando por el burrata bar, el buffet por excelencia del «do it yourself». Un tarro, buena burrata y una infinidad de toppings.

Para rematarlo, brasa de la buena con chuletón incluido, dejando pasar los 45 días de maduración para llegar a tiempo. Lo acompañaban unos tomates cherry confitados, patatas deluxe y mostaza de Dijon.

La noche acabó temprano, pues el día siguiente iba a dar mucho de sí.

Para el gran día, la pareja se decantó por un formato más canalla. Una boda a la carta, para disfrutar de un menú degustación de 5 platos que los novios escogieron exclusivamente para ellos y los suyos.

La gran elección:

Empezaron por un cocktail de gambas 2.0. con piña braseada, gambón, salsa rosa, salicornia y aire de piña. Para el segundo, se decantaron por un plato muy fresquito, crema de verano de fresón con tomates asados Cor de Bou y bogavante.

La tercera elección fue un clásico de la casa, el canelón de pato son salsa de trufa negra, seguido de una corvina con limón, espárragos verdes, hinojo y pera confitada.

Para rematar ese surtido de platos, acabaron con un cordero a baja temperatura con cremoso de ajo negro ahumado, colmenillas y jugo de rustido.

Y por supuesto, ¡terminaron la comida con un surtido de postres buenísimo!

Un trozo de Brie trufado y Brie de Meaux con tostaditas de pan y uvas. Una espectacular tarta tatín de manzana con crema de leche y un pedazo pastel nupcial para chuparse los dedos.

Este gran día fue un exitazo gracias a cada uno de los proveedores. Material de Ah Rental, la organización de la boda a cargo de El Sofá Amarillo, y las flores de Adria Florería.