… con Cesc Girald
“Trabajo para ser feliz”
Lunes, despierta la semana, la actividad, el ruido. Tus ojos se abren lentamente, volvemos a la carga. Anécdotas, secretos, recetas y ánimos. Este lunes nos lo comemos con patatas. Este lunes, será un gran lunes.
Bienvenidos a El café de las nueve y veintiuno.
Sí, ya lo sabéis. No nos gusta tomar café solos. Por eso, nos hemos reunido con personas interesantes, que tienen cosas que contarnos, que nos gustan y que están acostumbradas a montar eventos por todo lo alto. ¿El hilo conductor? Las mismas diez preguntas planteadas a distintas personas.
Cesc Girald es un fotógrafo de bodas con el que ya hemos coincidido un par de veces. Hoy hemos escogido un ambiente más relajado para sentarnos y tomar un café junto a él. Aunque se licenció en filosofía, siempre quiso ser un poco artista: pintor, músico, escritor (¡Ya ha publicado dos pequeñas novelas!)… y finalmente fotógrafo. Primero trabajó en prensa diaria, pero enseguida se dio cuenta que lo que necesitaba era… ¡¡¡¡AMOR!!!! y por eso empezó a dedicarse a las bodas.
1. Trabajas para… ser feliz. Nunca he sido tan feliz como desde que trabajo de fotógrafo de bodas.
Me siento realmente afortunado:
Puedo hacer fotos, que es lo que me más me gusta (junto con tocar blues con la guitarra), ¡Y encima me dejan hacerlas a mi manera!
Puedo aprender: cada vez que hago fotos, aprendo, me hago mejor fotógrafo, y siempre voy mejorando. ¡Increíble!
Puedo dejar testimonio de uno de los días más felices e importantes de su vida. O sea, más que pagarme, me hacen sentir realmente honrado.
De hecho quiero hacerme unas camisetas, para ir por la calle, donde ponga: “Sí, soy fotógrafo de bodas, ¡Y estoy orgulloso de ello!”.
2. Un evento es la mejor solución cuando… quiero reunir a la gente con la que quiero estar.
3. Lo más divertido que te ha pasado… aunque parezca mentira, sólo recuerdo momentos emotivos. Sin ir más lejos, hace unas semanas, en una boda, mientras la novia se terminaba de vestir en la que había sido su habitación de niña, había un álbum encima de la cama. Era un regalo de su madre, con fotos de cuando era pequeña. Pero lo que realmente me emocionó fue la cara con la que la madre, con los ojos llenos de lágrimas, miraba a la hija mientras ésta ojeaba las fotos. En las bodas también me emociono mucho en las entregas: siempre recuerdo una vez que el novio entregó un ramo a su abuela, y luego se abrazaron mucho rato. Me di cuenta de que el abuelo debía haber desaparecido no hacía mucho. Terminamos todos llorando..
4. Es imprescindible… estar siempre atento a lo que pasa: en cualquier momento puede pasar lo más inimaginable. ¡Por eso en las bodas nunca miro ni el móvil!
5. Nunca olvidarás el día que… la novia no encontraba los anillos para que yo los pudiera fotografiar. Después de buscar por todas partes de la habitación del hotel, empezó a pensar que quizá las maquilladoras se los habían llevado… ¡Por error, claro! Hubo unos minutos de puro pánico. Por dentro yo iba pensando: ¡El siguiente en la lista de sospechosos seré yo! Pero al final resultó que estaba en la bolsa que se suponía que tenía que estar. Bufff…
6. Brindas con… con los ojos abiertos. ¡Siempre mirando a los ojos!
7. El día antes del evento… lo más sagrado es preparar bien el equipo: cargar las cuatro baterías de las cámaras, cargar las 20 pilas para los flashes, formatear las 12 tarjetas de memoria (comprobando antes que las fotos están efectivamente descargadas en los discos duros). Luego, también tengo por norma no beber alcohol y tratar de ir temprano a la cama. Sí, los viernes por la noche no son nunca una fiesta entre mayo y noviembre…
8. Y el día después… estoy reventado. Siempre digo que hago deporte para poder hacer bien las bodas, y es verdad. Y aun así, al día siguiente siempre tengo agujetas… Es día de descanso. Lo único que hago es descargar las fotos y hacer las copias de seguridad.
9. El aperitivo que no puede faltar es… yo soy muy básico: cerveza y patatas fritas. Me gustaría ser más cool, ¡pero es lo que hay!
10. Lo que más te gusta de 21 de Marzo es… Cómo cuidan cada detalle. En cada boda que he fotografiado y estaban, me ha sorprendido lo perfecto que estaba todo, y el nivel estético del resultado final. ¡En ambientes así resulta mucho más fácil hacer fotos mejores!
Foto portada vía Pinterest.