Cuando unos novios molan, molan.
Y si encima les gusta el rock, la boda promete.
Sin dejar de lado el detalle, la elegancia y el estilo, esta pareja nos hizo vibrar en su boda des del minuto cero. Se acercaba el gran momento, la Orangerie de Masia Ribas estaba lista para el gran festival, la música subiendo, las pulsaciones a ritmo de bateria y el corazón sin parar quieto.
El espectáculo estaba a punto de empezar. De primero gazpacho de cristal con cherry confitado, vinagreta de albahaca y pétalos y para seguir el plato estrella, meloso de buey con terrina de patata y salsa de Ratafía.
Estaba claro que la fiesta no podia terminar sin un gran buffet de postres. Mini mandarina de cheesecake con menta, lemon pie con merengue, las cookies 21 o nuestra chocolatería líquida con buñuelos de viento y nata montada son algunas de las delicias que probaron los invitados.
Suena «When the sun goes down» en la oficina y vemos en bucle las imágenes de esta boda. Puro Rock&Roll.
Gracias a Pablo Ricciardulli.